martes, 27 de enero de 2015

LITERATURA FANTASTICA



Fantasía heroica
Fantasía heroica o fantasía épica es un subgénero del género fantástico,1 2 principalmente de la literatura, y también presente en la historieta, el cine fantástico y los juegos de rol, caracterizado por la presencia de seres mitológicos o fantásticos, la ambientación ficticia de carácter medieval, antiguo, indefinido o, en cualquier caso, sobre la base de sociedades tecnológicamente atrasadas, y un fuerte componente mágico y épico.3 Se diferencia del relato fantástico en que los elementos claramente ficticios y los posibles o reales armonizan entre sí, no creando tensiones, sino siendo unos continuaciones coherentes de los otros.4 El género está malamente asociado a la ciencia ficción, ya que posee rasgos muy distintos, debido a la denominación inicial de science fantasy, pronto sustituida por fantasía heroica, intercambiable en la mayoría de los casos por el de «espada y brujería» , inventado por Fritz Leiber en 1966.3 En una introducción a un libro de Conan se dio una definición que, aunque deja fuera los avances y las tramas de finales del siglo pasado y del presente, da una idea de cómo tuvo su origen:
Se trata de un tipo de relato fantástico cuya acción transcurre en un mundo imaginario -a veces nuestro planeta como en otros tiempos se supuso que era o como acaso sea en un futuro remoto, a veces otro universo u otra dimensión- donde la magia es eficaz y todos los hombres son poderosos, todas las mujeres bellas, todos los problemas simples y todas las vidas aventureras.

Recursos de la literatura fantástica


La literatura fantástica emplea una serie de recursos que crean una atmósfera inquietante, que provoca esa inestabilidad o indeterminación característica del género. Algunos de ellos son:
  • las imprecisiones y confusiones espacio-temporales (no se indica con precisión dónde o cuándo ocurrieron los hechos, lo que otorga una atmósfera de irrealidad).
  • la repetición de acciones, situaciones o estados de los personajes, que refuerzan la incertidumbre.
  • ruptura de la causalidad (se produce un acontecimiento para el cual no hay una explicación lógica).
  • estados de desconcierto y perturbación de los personajes, que no pueden explicar racionalmente lo que ocurre.
  • circularidad en la progresión de las acciones (en muchos cuentos fantásticos, se vuelve al principio del relato).

Literatura fantástica

El término literatura fantástica es enormemente confuso debido a la divergencia de criterios respecto a su aplicación. Popularmente, se conoce como literatura fantástica cualquier relato en que participan fenómenos sobrenaturales y extraordinarios, como la magia o la intervención de criaturas inexistentes. Esta definición resulta ineficaz, debido a que los elementos sobrenaturales están presentes en todos los relatos mitológicos y religiosos y su presencia tiene, en consecuencia, un carácter muy distinto del que posee en la civilización actual.
En la ya clásica Introducción a la literatura fantástica, Tzvetan Todorov definió lo fantástico como un momento de duda de un personaje de ficción y del lector implícito de un texto, compartido empáticamente. Los límites de la ficción fantástica estarían marcados, entonces, por el amplio espacio de lo maravilloso, en donde se descarta el funcionamiento racional del mundo y lo "extraño" o el "fantástico explicado", en el que los elementos perturbadores son reducidos a meros eventos infrecuentes pero explicables. Contra la definición amplia de lo fantástico, esta definición presenta la debilidad de ser demasiado restrictiva. Se han propuesto diferentes reformulaciones teóricas que intentan rescatar el núcleo de esta definición con diversas salvedades.1
Otra definición posible con criterios históricos sostiene que la literatura fantástica se define en el seno de una cultura laica, que no atribuye un origen divino y por tanto sobrenatural a los fenómenos conocidos, sino que persigue una explicación racional y científica. En esta situación, el relato fantástico introduce un elemento sobrenatural, discordante con el orden natural, que produce inquietud en el lector. El elemento sobrenatural no sólo sorprende y atemoriza por ser desconocido, sino que abre una fisura en todo el sistema epistemológico de su mundo, susceptible de dar cabida a toda clase de sucesos insólitos y monstruosos.
Causa confusión, también, que la literatura que es recreada a partir de mitos preexistentes sea llamada fantasía, o fantasía heroica. Tales son los casos de El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia, y aunque sus iniciadores son más antiguos, fundamentalmente los autores reunidos en torno al círculo de la Puerta dorada o del Dorado amanecer, en el siglo XIX. Destacan Arthur Conan Doyle y Henry Ridder Haggard, quienes también escribieron terror y ciencia ficción, creando la actual confusión entre los tres "géneros"

 


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